Descripción
Corrosión de las barras de refuerzo en estructuras de hormigón, en este caso como consecuencia de la exposición de la estructura en un ambiente altamente agresivo. Sustancias como cloruros y sulfatos transportados por la brisa marina y depositados sobre las superficies del hormigón penetran hacia el interior, generando serios daños, tanto al hormigón como a las enfierraduras. Aquí son claves tres aspectos: impermeabilidad del hormigón, que se consigue primero, con dosis de cemento adecuadas y uso de adiciones y segundo, garantizando un hormigón sin fisuras, o bien, de existir, que éstas tengan un ancho menor a 0,2 mm; tercero, un espesor de recubrimiento adecuado, mientras más agresivo es el medio, mayor debe ser el recubrimiento de la enfierradura. En este caso, el daño es tan grave y generalizado que la recomendación es demoler y rehacer la estructura de barandas de contención.